¿Sabes dónde estoy?
Sharon tenía una supermemoria natural; podía conocer a una docena de personas en una fiesta y recitar sus nombres dos días después. En una fiesta del departamento de Inglés en segundo de carrera, recitó de memoria setenta y tres sonetos de Shakespeare seguidos. Era la muestra de erudición más voluminosa que ninguno de nosotros había visto nunca. Profesores fijos lloraron. Pero fui yo quien disfrutó el honor y el privilegio de llevarla a casa esa noche y hacerle gruñir monosílabos repetitivos.
Sherman Alexie, “¿Sabes dónde estoy?”, Diez pequeños indios